1.02.2011

Primer domigo, pero no el último

Este primer domingo de Enero, el primer fin de semana de la segunda década del nuevo siglo,
acompañados de un cielo acuareloso, lleno de tonos contrastantes, azul, naranja que se difuminan y chocan, eran el marco ideal para un día con los seres queridos.


Comimos y sobretodo compartimos, carne asada, cebollitas, chirmol, limón y lleno de risas. Al final un atardecer de envidia, con un frío característico de  finales de Diciembre, pero sin dejarse sentir tanto por la compañía de un atol de elote fresco y unos deliciosos rellenitos. La ciudad de Guatemala ilumina el horizonte, en un valle que no cualquiera sabe disfrutar, pero bien que vale la pena saber hacerlo. 

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