1.12.2011

Seguiré

Sentada en la estación de tren. Llueve y el calor de mi alma se va perdiendo por las heladas ventiscas que se cuelan dentro del escueto suéter que intenta protegerme. Es incómodo. Por un lado veo el tren de lo que era y en el otro veo el tren de lo que viene y la situación me parece conocida. Sí, efectivamente ya he estado aquí. Las personas siguen a un ritmo que me aturde, no entiendo nada y yo sigo sentada observando. Pasan y pasan, viajes vienen, viajes van. Hace 20 minutos me bajé del tren que era y ahora me parece desconocido. Decido avanzar hacía el otro tren que es ahora el nuevo, pero en realidad era mas antiguo que el anterior. Se supone debería ser un ambiente que conozco, aunque todo me parece extraño. Me siento más incómoda. Voy rumbo a mi hogar y todo me parece mucho mas hostil, de como lo recordaba. Las personas hablan y no dicen nada. Aburrido. Luego un amigo me interrumpe el pensamiento, habla con seguridad y me recuerda que esta sensación no es mas que mi regreso. Tendrá razón? De verdad he sido yo la que cambió? Me parece que si. Sigo meditando y la gente donde parece que era mi lugar favorito para viajar, simplemente me parece vacía, absurda, sin sentido. Decido cambiarme de lugar, por uno que esta vacío y aunque me gustaría retener a mi lado la forma en la que recuerdo a las personas, es momento de dejarlas ir. Se van con esa llovizna, se llevan el frío y se queda conmigo la soledad acompañada de un nuevo aire de seguridad. El tren, la ruta, la gente y el ambiente sigue siendo igual o peor, pero he cambiado y... 

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